Que la gente murmure, adivine pero nunca sepa {Meda}

Generalmente aquel baño estaba vacío. Nadie se atrevía a perturbar a Myrte la Llorona, el patético fantasma que rondaba el baño y atormentaba a todo aquel que se acercaba. Bellatrix se rió al ver que apenas entraba una pequeña nube de humo se escondía en uno de los cubículos. Myrtle le temía a la pelinegra y ni siquiera osaba dejarse oír cada vez que Bella usaba el baño de chicas para practicar magia oscura o simplemente pasar el rato.

Sentándose en el suelo Bella sacó un pequeño libro del bolsillo de sus túnica "Secretos de las Artes Más Oscuras" se leía en la tapa. El profesor Riddle se lo había prestado para que practicara un par de maldiciones antes de su próxima clase, para un proyecto confidencial. Bellatrix estaba fascinada, tanto con el profesor como con el libro debía reconocer. Aquel libro en particular no estaba en la sección prohibida del Colegio, así que le sorprendió ver su contenido. Mucho peor que cualquier libro de hechizos que hubiera leído en Hogwarts, estaba lleno de pequeñas y grandes maldiciones oscuras que harían a más de un profesor estremecerse y expulsarla por simplemente leerlas. El profesor Riddle tenía una visión muy particular de las Defensas contra las Artes Oscuras, se dijo divertida.

Luego de unas horas de practicar unos pequeños maleficios, Bellatrix comenzó a sentirse algo mareada, al parecer la magia necesaria para realizar aquello era demasiado absorbente y había drenado a la morena de su propia energía. Gruñó frustrada por su debilidad. El profesor Riddle le había encomendado una misión y no podía desmayarse como una niñita, pensó. Siguió así practicándo hasta que unas gotas cayeron por su rostro. Mirando al suelo Bella vio las gotas de sangre que caían de su nariz y sorprendida se tocó el labio lleno de sangre. Sintiendo un nuevo mareo se apoyó en un lavabo y trato de recomponerse hasta que cayó al piso helado, aunque ni siquiera sintó el dolor del golpe antes de que todo se volviera negro.

Se despertó al sentir un perfume familiar y una voz muy conocida que le taladraba los oídos. - ¡Agh! Meda ¿no puedes bajar la voz de una vez? Haces que me duela la cabeza - murmuró con la voz ronca abriendo los ojos para encontrarse con su hermana.

Tenía clases de pociones, el profesor Slughorn emocionado empezó a darles instrucciones para la poción de Filtro de Paz. Era algo tediosa por el hecho que tenía ingredientes que poco se conseguían además de cantidad totalmente exactas. Se arregló su cabello en un moño algo desordenado, algunas hebras de cabello se caían por su cabeza mientras empezaba a cortar los primeros ingredientes de la poción.

El tiempo se le pasó volando, tal vez Pociones no era entre sus fortalezas pero tenía ideas donde sus pensamientos simplemente se filtraban y se concentraba como nunca. En una levantó la mirada para seguir leyendo la receta en la pizarra y el jefe de su casa estaba complacido, el sabía que tenía algunos días fatales. Era un buen día, lo iba a ser...Al rato se vería con Ted, como siempre cuando tenían un espacio juntos y nadie podría encontrarlos.

Terminó la poción justo a tiempo, el color plateado con pequeñas partículas como brillantina verdes flotaban como estrellas, catalogó su pequeña muestra para evaluación. Recibió complementos por parte del profesor, mientras sonrió algo tímida mientras empezaba a guardar sus cosas para ir al baño a arreglarse un poco, nunca perdería su estilo por nada en el mundo.

Al menos logró evitar que las víboras la molestaran nuevamente, mientras caminaba un poco mas rápido de lo normal. Aunque fue tal sorpresa al ver a Bellatrix de la nada tirada en el piso, corrió a revisar si había alguna herida...ella estaba bien, solo un poco de sangre sobre su nariz que logró limpiar. Buscó algo para apoyar su cabeza, su bolso serviría como eso. Buscó alguna poción contra eso, si alguna maldición había caído sobre ella. Dejó que la poción se untara en su piel, mientras quitaba algunos mechones de su rostro mientras tatareaba una canción que su madre les cantaba de pequeña, una que recordaba perfectamente.

Y cuando Bella se despertó, se sorprendió- ¿Estás bien?- Preguntó insegura, mordiéndose levemente el labio inferior esperando su respuesta.