No dirás nada...¿verdad? [Peter]

Recuerdo del primer mensaje :

Todavía no lograba comprender porque de todos los lugares que podía haber elegido, tuve que terminar escogiendo este. El aula vacía del primer piso...o como yo solía llamarla, "La sala de los pecados" era un lugar bastante acogedor para mí. En las últimas semanas había visitado este sitio incontables veces pero solo con un motivo, practicar artes oscuras o al menos usar varios hechizos que jamás me enseñarían en Hogwarts.

El lugar era más que tranquilo y por las horas a las que me encontraba, era casi imposible que hubiese alguien despierto. No es de noche de hecho era todo lo contario, faltaba poco para que amaneciera y yo era la única demente que podía estar despierta a esas horas de la madrugada pero tenía una actividad por hacer este día y no iba a acobardarme por un estúpido toque de queda, incluso los prefectos debían estar dormidos a esta altura, no quería correr ningún riesgo.

Había traído unos pares de libros, grandes y pesados, cargados de información con la que yo sola me deleitaría esta maravillosa noche. Todo estaba muy silencioso y lo único que se escuchaba era mi suave respiración que se encontraba ahora algo agitada por la emoción del asunto. Había hecho esto muchas veces pero cada vez era más divertido y la adrenalina que me provocaba romper las reglas simplemente no tenía precio.

Me dispuse a abrir los libros y empezar a hojearlos con delicadeza, como si estuviera acariciando a un gatito. Mientras que en mi otra mano mantenía mi varita preparada para empezar a conjurar cualquier cosa que me pareciera interesante y lo suficientemente llamativo como para  que valiera la pena hacerlo.

- Bien bien, esto empieza a ser entretenido - dije cuando vi uno que otro encantamiento en aquel enorme libro.

Todo sucedió muy rápido y cuando menos me di cuenta, el chico rata había caído como bolsa de papa contra el duro piso de la jaula. Se había desmayado...mierda, creo que se me  había pasado un poquito la mano. Yo quería que estuviera bien lucido mientras practicaba los hechizos! No completamente fuera de sí, por un momento pensé que estaba muerto. Me acerque hasta la jaula y decidí hacer desaparecer el hechizo de encierro.
 
Estire mi mano y toque el cuerpo (Ahora en forma humana) del Gryffindor, no se movía y empecé a desesperarme un poco. No me preocupaba que estuviera muerto pero faltaba muy poco para el amanecer y los chicos empezarían a rondar por los pasillos, como iba entonces deshacerme de un cadáver, encima el chico era mucho más alto que yo y por ende pesado, incluso moviéndolo con la varita sería demasiado obvio y no tenia ninguna poción de invisibilidad como para ocultarlo.
 
Intente hacer algo un poco Muggle y puse mis dedos en el cuello del animago y podía sentir algo pero era muy débil. Sin pensarlo dos veces apoye mi cabeza en su pecho y me relaje completamente cuando note que respiraba y que su corazón latía, débilmente, pero latía al fin y al cabo.
 
- Enserio soy tan aterradora? - me dije a mi misma completamente ofendida. - Maldito chico...me has arruinado la diversión! Acaso no eres un maldito Gryffindor? Joder...y luego me preguntan porque demonios no creo en los estereotipos de las casas - Termine de decir con un resoplido molesto para luego volver a mirar al chico tirado en el piso.
 
Me senté en el suelo junto a él y levantando mi varita susurre un hechizo, que supuestamente hacia a las personas levantarse de la inconsciencia. Aunque no sabía si funcionaria.

No sé cuanto tiempo pasa hasta que despierto; pero lo hago súbitamente, como si acabara de tomarme un par de litros de café.

Tras recuperar la conciencia, me reincorporo lentamente; topándome, para mi desgracia, con la joven. Esta se haya sentada junto a mi; observándome, varita en mano.

- ¿Que me has hecho? - le pregunto, con una mezcla de miedo y confusión marcada en el rostro; temeroso de que haya estado experimentando mientras me encontraba inconsciente

De forma casi instintiva, comienzo a palpar mi cuerpo para verificar que todo se encuentra en su sitio; al fin y al cabo, con alguien como ella, todo es posible. Espero no encontrar ninguna cicatriz donde deberían estar mis riñones.

Casi me muero de la risa cuando vi la expresión de confusión y horror en el rostro del chico, seguido de que empezó a palpar por todo su cuerpo como si estuviera comprobando que todo estuviera en orden. Me acerque un poco hacia él, con intención de hacerlo sentirse como un insecto y estábamos a pocos centímetros de cercanía y con una sonrisa algo picara decidí contestar su duda, iba a disfrutar este momento. - No mucho, solo saque alguna cosas ya agregue otras, espero que no te importa tener el corazón y los pulmones de otra persona. Me han dicho que pagan bien por el cuerpo de los Animagos sabes? - dije en broma para producir una reacción en el chico que parecía a punto de mearse encima y luego desmayarse de nuevo, casi se me escapa una carcajada.
 
Pero como no quería que el Gryffindor entrara en un coma o algo parecido, decidi cortar la bromita y ponerme un poco más seria con el asunto. - Naa, era broma tranquilo. Pero espero que hayas aprendido tu lección no? Nadie jode conmigo Pettigrew...nadie - termine de hablar con un tono letal, uno que incluso a mí me dio escalofríos. Me levante y le ofrecí una vez más la mano al animago, mirándolo con una cara que decía perfectamente "Llegas a correr y te mato".


Offrol: Si quieres roleas tu una ultima vez y luego roleo yo y le voy poniendo el final a nuestro "agradable" encuentro. :3 me gusta como fue quedando. O si prefieres, mandame un Mp y podemos seguirlo, como tu quieras ratoncito.

Off: Me parece perfecto Te dejo poner la guinda final al pastel

La joven me contesta que ha cambiado varios de mis órganos por los de otra persona; alegando que los de animago, se venden muy bien en el mercado negro. Por suerte, antes de sufrir un ataque de pánico, aclara que se trata de una broma; aunque me advierte que no vuelva a hacer nada parecido.

- P-Por supuesto - contesto, con un leve tartamudeo, afirmando con un nervioso movimiento de cabeza

La joven me ofrece su mano para levantarme; la cual agarro con firmeza para reincorporarme. Aunque su mirada aún refleja firmeza; parece que las cosas parecen haberse calmado por fin.

El joven dio un amago de soltar mi mano cuando este logro incorporarse, queriéndose ir de aquel infierno que le había hecho pasar en esta aula abandonada.
Tome su mano con fuerza, estrechándola aún más de forma amenazante y mi rostro volvió a transformarse en una mueca algo enfadada pero me tranquilice un poco y volví a poner un expresión plana y fría, como la de una muñeca de porcelana.
 
Lo mire con intensidad, fijamente a los ojos sin pestañear, éramos solo yo y él una vez más. Los alumnos que ahora podían escucharse hablar en las cercanías simplemente en aquel momento, no me importaban nada. Tenía mi suma atención al joven animago frente a mí y le estaba tirando dagas con la mirada que le daba.
 
Apretando su mano cada vez más, di un paso hacia delante acercándome lo máximo posible al chico pero sin tocarlo. Puse mis labios cerca de su oído y con una voz de ultratumba decidí de una vez por todas terminar todo esto.
- No dirás nada... ¿Verdad? - dije finalmente con aquella voz que provocaba escalofríos, el chico sabía muy bien el significado tras esas palabras, sabía que si llegaba a mencionar algo de esto a alguien, estaría más que frito. Le di un último apretón a su mano, dejando bien en claro que la amenaza era verdadera.
 
Retrocedí lentamente y le di una última vista al chico Gryffindor, volviéndolo a mirar de arriba a abajo como lo había hecho en un principio cuando se habían conocido. Me di la vuelta y con pasos en los que resonaban perfectamente mis zapatos que tenía un tacón bajo, se escuchaba cada pisaba que daba dándole a todo un final digno de una peli de terror, el ambiente simplemente era perfecto y la presa y cazadora ahora se despedían por el momento. Hasta su próximo encuentro.
 
Le di la espalda empezando a dirigirme hacia la puerta del salón, tome el picaporte y abrí la puerta, asomándome un poco observando que habían varios chicos que se iban acercando a nuestra posición. Dando un suspiro relajando la tensión de todo, me puse de perfil y con una sonrisa decidí despedirme "cordialmente" con mi compañero. - Abyzou Crimson, ratoncito, recuerda ese nombre ya que probablemente nos volvamos a ver - una sonrisa macabra se extendió por toda mi cara como un gato de Cheshire antes de salir de la habitación, dejando totalmente solo al Animago. Mientras yo caminaba tranquilamente por los pasillos con una sonrisa casi inexistente, como si nada hubiese pasado.

Off: Bieeeen quedo precioso, un placer enorme haber roleado contigo, espero hacerlo en tro ocasión. xD Si quieres más tarde vemos bien nuestras nuevas relaciones para agregar.