Ella es mía y de nadie más... [Abyzou Crimson] +18

Era un día muy aburrido y silencioso en la enfermería, hace unos pocos minutos acabada de vendarle la cabeza a un mocoso idiota que no sabía como bajar una escalera. El niño un poco aterrado por mi figura, estuvo callado durante todo el proceso, no es que me interesase mucho lo que tenía para decir de todas formas.
El joven con sus piernas temblando ligeramente bajó de la camilla y me agradeció suavemente a la par de que un poco más salía corriendo hacia la salida. Tosí con fuerza llamándolo y el niño se volteó tembloroso mientras sostenía la manija de la puerta preparado para escapar ante cualquier posible ataque de mi parte.

Lo miré con una sonrisa algo oscura que se transformó rápidamente en una inocente, ofreciéndole una paleta al niño. - Anda no tengas miedo, tómala - dije con voz profunda acercándome un poco al muchahito. Sin otras opciones el opto por agarrar la paleta, volver a agradecerme y salir de la enfermería. Luego de varios minutos sin ningún ruido proveniente del exterior, una risa estruendosa y cruel salió de mi garganta. - La cara de ese gusano no tenía precio, parecía que se hubiese hecho encima del miedo jajaja! - terminé de decir limpiándome una pequeña lagrima que salía de mis ojos debido a la risa.

Volvía a estar solo en la enfermería...El único sonido que había en la sala provenían de los expedientes médicos que estaba ordenando en un cajón, estaba solo...La otra medimaga no se mostraba desde hace tiempo en este lugar, cosa que me agrado bastante ya que no soportaba los ruidos innecesarios en mi lugar de trabajo.

Estaba de espaldas a la puerta, me quede colgado al ver que tenía el expediente de Crimson en mi mano, adoraba esa foto, salia tan hermosa...
Seguí mirando la imagen con un brillo en mis ojos, como si estuviese viendo a un diosa a la que estaba a punto de rendirle culto en un altar. Me acomodé nerviosamente mi corbata al pensar en ella. - Pequeña dragona traviesa...- susurré oscuramente perdiendo la cordura poco a poco. Estuve a punto de abrazar con fuerza el expediente hasta que escuche la puerta abrirse de una forma algo violenta.

Me giré y sonreí con emoción, solo había una persona que abría la puerta de mi santuario con tanto odio...

- Hablando del diablo...

- Hablando del diablo...

Eso fue lo primero que escuché apenas entre a la enfermería. Estaba de muy mal humor y lo último que quería hacer en la vida era pisar la condenada enfermería, primero que nada porque odiaba el lugar y segundo, odiaba al imbécil pervertido que Hogwarts tuvo el descaro de contratar. ¡¿En qué demonios pensaban?! De todos los medimagos en el mundo mágico...tuvo que ser ÉL!.

- Yo también te extrañe Delacroix - exclamé con mucho asco en mi voz, y no solo porque la sola presencia del hombre me repugnaba sino también porque el gusto a sangre que sentía en mi boca ya se estaba haciendo molesto. El líquido empezaba a chorrear por las comisuras de mi boca y tenía un pequeño moretón en la frente.
La expresión de shock del medimago al ver mi aspecto fue un poema y casi instantáneamente me pregunto qué mierda había pasado conmigo.

- Tu qué crees? Me pelee con un pendejo de séptimo - dije mientras me acercaba cautelosamente a la camilla, mirando fijamente al doctor, no pensaba quitarle la mirada de encima en ningún momento. - Así que no te sorprendas si más tarde recibes a algún tarado con los labios partidos y unos buenos golpes...Estoy segura de que reconocerás mis puños en él, te sabes hasta los centímetros que tienen mis dedos no es así?- dije conteniendo las ganas de escupirle en el rostro.

Había pasado un tiempo desde la primera vez que descubrí que iba a ser un medimago en Hogwarts...no fue muy lindo enterarme la verdad, varios alumnos y profesores tuvieron que contenerme para frenarme de no asesinar al hombre apenas lo vi. Maldito hijo de puta, había venido solamente para espiarme...quiero matarlo, lo detesto con todo mi ser. Odiaba contener de esa forma mi sed de sangre, pero no pienso arriesgarme a una expulsión por un basura que puedo matar y torturar luego de que ya no esté en Hogwarts..."Solo tienes que esperar unos años más aby...", pensé tranquilizándome a mí misma.
Me subí a la camilla y con una sonrisa arrogante hablé venenosamente al hombre frente a mi - Sirve para algo y curame Croix, eres medimago no?-