¿Somos prisioneros del destino? ||Flashback|| LIBRE *En suspensión hasta nuevo aviso*

"Cuando Hogwarts comenzaba su andadura
y yo no tenía ni una sola arruga,
los fundadores del colegio creían
que jamás se separarían.
Todos tenían el mismo objetivo,
un solo deseo compartían:
crear el mejor colegio mágico del mundo
y transmitir su saber a sus alumnos.
"¡Juntos lo levantaremos y allí enseñaremos!",
decidieron los cuatro amigos
sin pensar que su unión pudiera fracasar.
Porque ¿dónde podía encontrarse
a dos amigos como Slytherin y Gryffindor?
Sólo otra pareja, Hufflepuff y Ravenclaw,
a ellos podía compararse.
¿Cómo fue que todo acabó mal?
¿Cómo pudieron arruinarse
tan buenas amistades?
Veréis, yo estaba allí y puedo contaros
toda la triste y lamentable historia.
Dijo Slytherin: "Sólo enseñaremos a aquellos
que tengan pura ascendencia."
Dijo Ravenclaw: "Sólo enseñaremos a aquellos
de probada inteligencia."
Dijo Gryffindor: "Sólo enseñaremos a aquellos
que hayan logrado hazañas."
Dijo Hufflepuff: "Yo les enseñaré a todos,
y trataré a todos por igual."
Cada uno de los cuatro fundadores
acogía en su casa a los que quería.
Slytherin solo aceptaba
a los magos de sangre limpia
y gran astucia, como él,
mientras que Ravenclaw sólo enseñaba
a los de mente muy despierta. Los más valientes y audaces
tenían como maestro al temerario Gryffindor.
La buena de Hufflepuff se quedó con el resto
y todo su saber les transmitía.
De este modo las casas y sus fundadores
mantuvieron su firme y sincera amistad.
Y Hogwarts funcionó en armonía
durante largos años de felicidad,
hasta que surgió entre nosotros la discordia,
que de nuestros miedos y errores se nutría.
Las casas, que, como cuatro pilares,
había sostenido nuestra escuela
se pelearon entre ellas
y, divididas, todas querían dominar.
Entonces parecía que el colegio
mucho no podía aguantar,
pues siempre había duelos
y peleas entre amigos.
Hasta que por fin una mañana
el viejo Slytherin partió,
y aunque las peleas cesaron,
el colegio muy triste se quedó.
Y nunca desde que los cuatro fundadores
quedaron reducidos a tres
volvieron a estar unidas las casas
como pensaban estarlo siempre.
Y todos los años el Sombrero Seleccionador se presenta,
y todos sabéis para qué:
yo os pongo a cada uno en una casa
porque esa es mi misión,
pero este año iré más lejos,
escuchad atentamente mi canción:
aunque estoy condenado a separaros
creo que con eso cometemos un error.
Aunque debo cumplir mi deber
y cada año tengo que dividiros,
sigo pensando que así no lograremos
eliminar el miedo que tenemos.
Yo conozco los peligros, leo las señales,
las lecciones que la historia nos enseña,
y os digo que nuestro Hogwarts está amenazado
por malignas fuerzas externas,
y que si unidos no permanecemos
por dentro nos desmoronaremos.
Ya os lo he dicho, ya estáis prevenidos.
Que comience la Selección."

Como de costumbre Lucifer se encontraba sentado al final de la gran mesa de la casa Slytherin, sin prestar la menor atencion a cuanto le rodeaba, tan solo absorto en sus pensamientos con la mirada perdida en el techo encantado de aquella gran sala.

-"¿Cosas oscuras se arremolinan a las puertas? Estupideces"-

Se decía para si mismo mientras sutilmente posaba su fría mirada sobre el director del colegio que tantos años había habitado contra su voluntad.

El jolgorio y las estridentes risas inundaban la estancia acompañado por olores de todo tipo de manjares típicos del banquete inaugural, pero como de costumbre Lucifer a penas probo bocado, odiaba estar rodeado de tanta gente, siempre era el ultimo en bajar a desayunar para evitar a los demás estudiantes, y el primero en cenar para después darse un baño caliente, aquella era la única noche del año que se veía obligado a compartir su tiempo con la asquerosa inmundicia que rondaba por los pasillos.

Tras sumergirse un rato en sus pensamientos, saco un libro ajado por el tiempo y el uso y comenzó a leerlo, mientras con su mano libre acercaba su copa llena de zumo de naranja para refrescarse la garganta, todo ello sin parpadear o desviar la vista de las palabras del libro, realmente esperaba que aquel año fuera interesante.

Era un nuevo para todos, ya que era de comenzar las clases de Hogwarts, odiaba que algunos se búrlaban de mi por mi pelo, tenía color anarajando como zanahoria, me sentía como si fuera algo malo, desde que salió mi hermano Karlos los Slytherin nos ha molestado a mi hermano Klaus y a mí pero no importa no iba ocasionar problemas por la bienvenida, era falta de respecto pero siempre ellos son así excepción de Andrómeda que le caía bien, andaba esperando a llegar a Hogwarts mientras Klaus me llamaba y yo volteaba - No te burles, mi cabello es naranja si pero no es como tu animago - decía sarcástica y me callo la boca mientras negaba - Mira ya llegamos -decía emocionada mente mientras Klaus rodó los ojos -

Cuando entraba al Gran Comedor era normal que todos esperaran, cuando me sentaba oía al Director Dumbledore, no sé ¿Quién era el Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras? pero a mí me importaba era hacer travesuras y aprender más, era mi último año así que no había problemas, andaba hablando con un chico de Hufflepuff con una sonrisa hasta que uno me aventó algo en el pelo, era un panecillo y mire enojada de ¿Quién lo hizo? pues claro fue unos de unos de mis compañeros, aplaste el panecillo en el suelo y ellos me miraron serios y yo con una sonrisa sarcástica y divertido.

Estaba comiendo bien, era normal que la pequeña tejona era muy tragona tanto que podría comerse toda la comida, pero fue interrumpida por los mismos chicos y yo lo miro seria - Debería jugar otra parte ya tienen 17 años de edad y siguen jugando como si fueran jardín de niños de mal educados -le decía enojada y cansada mientras agarraba mi plato y me iba de ahí hasta al final de la mesa comiendo sola -

No pudo evitar reír ante las últimas palabras de Dumbledore, al igual que muchos de los alumnos de diferentes casas. Creía que incluso había escuchado unos ¡hooray! Y unos vítores de gloria, porque al fin el banquete sería banquete. La comida se materializó sobre las mesas y los alumnos habían comenzado a comer; posiblemente, los muchachos, a engullir y atragantarse. Sí, sobre todo aquellos que querían pertenecer al equipo de quidditch ese año.  Decían que debían ganar fuerza, incluso desde el primer día de clases, que necesitaban estar preparados para los entrenamientos que, seguro, ya ocurrirían pronto. Francante, Elinne no sabía que tanto futuro tendrían sobre una escoba si es que tras esa noche resultaban con una severa indigestión o, mínimo, unos kilitos de más. Pero, ¡qué va! Ella no sería la que se negaría a un delicioso festín y, mucho menos a ese apetitoso budín con castañas que tenía en frente.

Tomó una tajada y le importó un real bledo aquella regla de cena primero, postre después. Con tantos en las mesas, era la mismísima guerra. Vio a sus costados a aquellos novatos, los recién estrenados alumnos de primer año. Sonreían entre ellos y tenían las manos nerviosas, como si no supieran qué hacer. ¿Ella se habrá visto así cuando apenas tenía 12 años y ni se le hubiera ocurrido pensar en la existencia de la magia? Agarró una bandeja y le sirvió un poco a un muchachito.- A comer, chicos.- dijo, juguetona, casi como una orden. Ahí no valía ser tímido, era hora de que vayan aprendiendo. Y solo por ser esa vez, no iría a husmear tan rápido en la mesa de otras casas. Ya encontraría un amable Gryffindor con quien hablar o alguien de otra casa que husmearía en la suya.

-Estaba comiendo hasta que oí a un joven volteaba mi rostro y reía era Kheldeem, es un amigo que podría confíar y más mis complices de bromas mientras alzaba mis cejas por sus palabras - Que caballeroso eres, no será que tramas algo -le decía con una sonrisa aceptando la copa del zumo de calabaza mientras reía bajo para que los Profesores, o el director no me regañaran por mi risa - Ya verás, imaginate que se coman unos ricos dulces y al final les va salir gusanos en sus bocas -le decía bromeando divertida mente mientras tomo un poco de mi zumo y sonreía, estaba pensado que este año sería muy distinto como los otros. No sabía ¿Quién era el Profesor de Defensa contra las Artes Oscuras? y ni menos que pasaría el año, veo a los Profesores muy tensos y eso significa que algo pasa en Hogwarts.

Oye Khle no has no has notado algo raro cuando entramos a Hogwarts, este siento que va ser distintos a los otros años -le decía en susurro con delicadeza para que nadie nos escucharan mientras agarraba una manzana y me lo comía por algo dulce que era y veía variedad de comida pero tenía que ser cuidadosa de no comerla toda.-

Me estaba comiendo una manzana cuando sonreía, tenía razón dumbledore estaba tranquilo así que no me preocupaba para nada, miraba a Andrómeda y le saludaba con la mano, luego paso a ver la mesa de Gryffindor no veía ni a James y ni  a Sirius ¿Dónde estaran? esos chicos eran tan complices que se le conoce por todo de Hogwarts, veía a Gwenog de lejos y le salude con una sonrisa de complice que quería hacer travesuras contra los Slytherin para que me entendiera y mire a Kle - Oye no te gustaría hacer algo divertido -le decía sonriendo mientras  trataba de tener calma pero no podía era imperativa para controlarme -

De pronto mire la mesa de Ravenclaw y veía a mi hermana riéndose, el me veía y el me sacaba la lengua y yo le sacaba el dedo y el se rió más de mí, sabia que nos llevamos tan bien que esta me comprendió que estaba de traviesa hoy mientras miraba a Kle - Oye no quieres ir a saludar a los Gryffindor -le decía divertida mientras me comía otra manzana y tomaba mi copa de zumo de calabaza cuando terminaba agarraba un pay de zarzamora y me lo comía con cuidado para no mancharme-

Llegaba a Hogwarts como siempre, no podía esperar como los otros días, me decía mis padrinos que había una sorpresa para mí pero no mostraba emoción ya que me sentía como si fuera puro hielo encima de mí, pasaba por el Gran comedor y me sentaba a lado de con Morag aunque no haya percavido de mi presencia, miraba la selección y no había nada normal hasta que vi una chica de se parecía mucho a mi mamá antes de morir, quedó en Slytherin como nosotros pero no sabía ¿Quién era? hasta que dijeron su nombre Zarah Köhler  me sorprendí con mi propio alma no sabía que iba venir mi hermana sonreía con mi palma de mi mano mientras quería correr y abrazarla pero quería esperar hasta que acabara la selección.

Cuando termino me paré hacía que estaba mi hermana y me sente a lado de ella - Buenas noches señorita -le decía sonriendo de complice mientras ella me miraba rara - Me llamo Sven Köhler encantado -le decía divertido mientras esperaba la reacción de mi hermana, mientras esperaba tanto tiempo en verla -

Mientras sucedía eso volteaba para ver la mesa de Ravenclaw ahí estaba MaryAnne Campbell la pelirroja pero no veía nada de ella, quería presentarle a mi hermana pero ¿Qué ando diciendo Sven? creo que el Zumo de Calabaza te está afectando mucho la cabeza.

Ya era la hora un nuevo comienzo, ya llevaba como 6 años con Hogwarts enseñando Runas Antiguas, pasaba por él gran comedor antes de que llegaran los estudiantes y me sente con los demás Profesores, el Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras todavía no llegaba siempre Tom Riddle quería llamar la atención como siempre, era un Slytherin que realmente no me gustaba mucho ya que yo era mestiza y para agarrar de esa materia no estaba de acuerdo que digamos pero que podía hacer, era Albus Dumbledore, era el director y era como un aliado para mí así que respectaría la desición de Dumbledore igual que la Profesora McGonagall que era como una amiga ejemplar para mí aunque nos conozcamos poco pero la respectaba, miraba a los estudiantes de Hufflepuff les sonreía, era Jefa de Casa de Hufflepuff que para mí fue un honor y orgullo acepte gustosa mente, el último estudiante de primero fue Hufflepuff y aplaudí con todas las ganas del mundo con una sonrisa, cuando termino Dumbledore empezaron a comer todos yo sólo agarre una pata de pollo con ensalada.

Extrañaba a Hagrig, era un amigo para mí, por culpa de Riddle lo expulso pero cuando lo vaya tiempo creo que ire a visitarlo, odiaba estár sola pero tenía que hacerlo porque no había nadie con ¿Quién hablar? Ahora sólo miraba los estudiantes para que no haya problemas y comía elegante mente como si fuera una italiana.